Estamos en una dinámica donde el tiempo consciente es absolutamente necesario para generar un movimiento, acción, y resultado. Sin embargo, si esto se hace a la ligera “sin conciencia” no es efectivo.
Existe la libertad de elegir, de proponer, conectar con lo que más te hace sentido. Pero también está el contexto que facilita las cosas y dan un escenario óptimo. Para esto debemos tener conciencia de lo que estamos haciendo aquí, hoy y ahora, basado en lo supremo de tu actitud y motivación.
Si tienes ganas de hacer algo que te hace feliz, hazlo. Pero piensa que el momento es solo un presente, y mañana es otro día a co-construir. Cada cosa conlleva a otra, si es plenitud seguirá ese canal. Si es culpa seguirá esa frecuencia. La importancia de esto es que siempre debemos conectar con nuestro centro, por más que haya un huracán en el medio. Llámese centro emocional y espiritual a esa experiencia, amor, e intuición de tu alma.
Pero qué significa ser conscientes, hay infinitas definiciones, y acá expongo una que sintetiza varias,
“Ser consciente o ampliar la conciencia tiene que ver con la habilidad de darse cuenta de uno mismo, de lo que pasa en todo momento y de la interacción con el exterior, desde tener presente lo que se piensa hasta cómo afecta la vida diaria personal y al mismo tiempo cómo se afecta a los demás. Se trata de estar alerta o consciente”.
Pensar y sentir lo que puedes y quieres hacer es la brújula de cada etapa. Puedes tener varias acciones, pero siempre poner los límites. La vida ya está ajetreada en el mundo donde te mueves, entonces si estás pasando un momento donde hay un bombardeo de cosas y éxtasis que no te dejan racionalizar ni sentir más allá del día, pon límite. Eso es como consumir azúcar para tener energía, en vez de hacer deporte constante para obtener la misma energía.
Todo puede ser una urgencia, sí. Pero hay un límite. Hay una conciencia de tu existir.
Básicamente, en Psicología se entiende “poner límites” como el hecho de expresar claramente a los demás qué necesitamos y qué es lo que queremos. Siempre teniendo en cuenta también las necesidades y deseos de los demás.
Es decir, poniendo límites establecemos fronteras que no queremos que sean cruzadas por los demás. Ponemos barreras de autoprotección en los momentos adecuados, estamos en nuestro derecho. Es una obligación que contraemos con nosotros mismos, que nos permite ponernos a salvo de abusos y atender a nuestras propias necesidades.
¿Y cómo? El diálogo, la comunicación verbal y acción. Sin sentir frustración ni culpa ni agresión, es por eso que te sugiero que disfrutes de tu hoy. Y una de las bases más importantes para que la vida pueda ser más acogedora para ti y sentir que no es una pila de sufrimiento que ya empiezas a ser víctima de aquellos sucesos, es cuidar tu Autoestima, que debe ser protegida y cuidada. Gracias a ella, podrás conseguir tus propósitos y disfrutarás más de los pequeños logros. Sin embargo, cuando tienes baja autoestima, la mayoría del tiempo te sentirás esclavizado a esas expectativas que te has impuesto y que no son demasiado realistas.
Algo importante en ese ciclo del año es que te des un espacio para meditar, respirar conscientemente, escribir que es lo que más disfrutas y cómo podrías hacerlo realidad, desde pequeñas cosas, como comer algo rico, reírte con una buena compañía o leer un buen libro. O tener el poder de tus pensamientos mediante técnicas de auto ayuda, como por ejemplo despertar en la mañana y agradecer por lo que tienes y por lo que viene, dando un destello de ilusiones a tu corazón que las cosas aparecen y desaparecen en su justo momento, por eso vivamos hoy mejor que ayer, sin perder la calma.
“La paciencia no es la capacidad de esperar. La paciencia es estar tranquilo sin importar lo que suceda, tomar medidas constantemente para convertirlo en oportunidades de crecimiento positivo y tener fe para creer que todo funcionará al final mientras esperas”.
Roy T. Bennett